Eduardo Muñoz Bachs (España, I937 - Cuba, 200I) Diseñador, dibujante, ilustrador y pintor valenciano radicado en Cuba. Autodidacta.Comienza a trabajar en publicidad en la década del cincuenta hasta que en el año I96I realiza el primer cartel cinematográfico postrevolucionario para la película Historias de la Revolución. Toda su obra se caracteriza por un personal estilo teñido de expresivo cromatismo y humor.La cartelística de Eduardo Muñoz Bachs representa el punto más alto de la escuela cubana del cartel, movimiento artístico que rompió con las normas tradicionales de este lenguaje gráfico. Bachs obtiene premios en Cannes y Hollywood; partiendo de las metáforas de sus imágenes, consolida su estilo al punto de crear símbolos trascendentes como la figura de Charlot y la caligrafía manual . El trabajo pictórico y editorial del más prolífico representante del cartel de cine cubano es igualmente importante en el ámbito visual de las últimas cinco décadas.
La presente entrevista fue realizada a Eduardo Muñoz Bachs por su hijo Fabián Muñoz.
Muñoz Bachs: El libro ilustrado es como un teatro de títeresPor Fabián Muñoz
Periodista (P): ¿Qué reporta para su oficio ilustrar libros infantiles?Muñoz Bachs (MB): Una posibilidad de extender toda mi fuerza imaginativa, todas mis habilidades plásticas. Mi creación como affichista parte de una esencia de ideas que requiere de una imagen sintética a la cual se arriba mediante depuraciones. Por esto, ilustrar un cuaderno para niños representa una liberación artística que me exige un desbordamiento de ideas; me invita a equipararme con la fantasía del muchacho.
P: ¿En el editorialismo cubano se estima a la ilustración?M.B: No. Existe una marginación del género ilustrativo. Es la misma discriminación que pasa entre el affiche y la pintura. En el caso de la ilustración, además, casi siempre el diseño del libro es muy flojo; una buenísima ilustración dentro de un libro mal diseñado se empobrece tremendamente.Los mecanismos de pago funcionan muy mal, son de una profesionalidad catastrófica. Las garantías poligráficas siempre ha sido deficiente.
P: ¿Que entidades culturales cubanas han fomentado la ilustración infantil?M.B: Creo que la Casa de las Américas.
P: ¿Opina usted que la ilustración para niños es una práctica inaugurada por la revolución?M.B: Antes del año 59, no existía en Cuba una práctica seria en el campo de la ilustración infantil. Los libros publicados para niños eran editados por casas particulares, pequeñas; creo que era común utilizar ilustraciones extranjeras, el estilo disneyano gustaba mucho. Lo más autóctono que recuerdo viene de mi niñez; eran las postalitas, cuadritos pequeñitos que venían con las galletas. Cada dulce tenía su postalita que se coleccionaba, tenían un número; después, se pegaban en un álbum que tenía el argumento impreso casi siempre basados en programas radiales de aventuras. Me acuerdo de Tamakún, Los tres Villalobos, Tarzán. Estas postalitas eran decoradas por dibujantes cubanos.
P: ¿Cuál es su formación?M.B: Autodidacta.
P: ¿Los escritores infantiles cubanos tienen suficiente cultura visual?M.B: Creo que alguno tenga más gusto que otro. Pero el autor no debe tener potestad para decidir sobre una ilustración, puesto que, entonces, determinará su gusto, que puede tal vez ser el peor.
P: ¿Piensa que los ilustradores cubanos crean en correspondencia con la edad de sus públicos ?M.B: Esta es una regla básica que debe conocer todo ilustrador. Estoy seguro que, por lo general, todos los ilustradores la cumplen, aunque no conozco toda la obra editada.
P: ¿Qué ilustradores prefiere?M.B: Ettiene Delesert, André Francois, los cuadros de Modigliani, Chagall, Abela. Entre los cubanos: Rodríguez Bonachea, Reinaldo Alfonso, Rapi Diego.
P: ¿Qué piensa antes de enfrentar la ilustración de un texto?M.B: Trato de ceñirme al libro, pues el ilustrador decora un texto que está escrito de antes. Dentro de esto, trato de crear con la mayor libertad posible, de acuerdo con mi estilo, tratando, claro está, de enriquecer el texto sin crear contradicciones con éste.
P: ¿Tuvo obras en la última exposición de ilustraciones infantiles cubanas?M.B: No lo sé, pues si hubo alguna no se me comunicó.
P: ¿Qué piensa de la función de la agencia EGE?M.B:No tengo idea de qué pueda ser.
P: ¿Qué opinión le merece la dispersión del movimiento ilustrativo actual?M.B: Como en toda actividad creativa, la inactividad perjudica fuertemente a los ilustradores, pues el trabajo constante es el que mantiene la calidad, la actualización del género gráfico. La migración profesional es un fenómeno tristemente aceptable.
P: ¿Qué quisiera usted augurarle al editorialismo infantil cubano?M.B: Una revitalización; pero que se dedique a fortalecer la ineficaces gestiones editoriales; así como un esfuerzo en lo que a concepción artística del libro infantil se refiere.
P: ¿Hablaría de una escuela cubana de ilustración infantil y juvenil?M.B: No sería correcto hablar de tal institución. Pudiera decirse que existen ilustradores aislados de calidad, mas en todos estos años no se ha creado un perfil que defina una verdadera escuela artística, como ha ocurrido en países europeos, en Estados Unidos, en naciones latinoamericanas como México, Brasil, Colombia.
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