Me fijo en la cara de mis compañeros, más o menos están como entonces, cuando les conocí. Nadie cambia a los ojos de quien te observa día tras día. Me apetece quejarme, su presencia es como un tippex enorme que me emborrona las vacaciones. Tienen una facilidad pasmosa para hacerme entrar en la rutina. Pues me quejo, y mucho. Tal vez no se dan cuenta, o quizá yo les sugiero lo mismo, puede ser...Pero me quejo. Les culpo de verme en el espejo, en vez de morena, la piel cuarteada y a manchas. Tampoco me apetece compartir mi espacio, ahí está el problema, quizá...Y eso que estoy acelerada, excitada por el comienzo del nuevo curso...Luego nada me sorprende tanto como para justificar este estado de ánimo. En fin, estoy más o menos donde, cómo y con quien quiero, que ya es bastante..Besos y feliz regreso a todos...
A esto me refería...necesitaría un invento como este para una buena convivencia con mis "compis"...